Acabo de leer un artículo sobre regulación de los mercados. Más bien donde se defendía la no regulación de los mercados al no ser necesarios porque son los consumidores quien lo regulan con las decisiones de consumo.

Dejo aquí el artículo por si alguien quiere leerlo (http://www.elclubdelosviernes.org/blog-post/el-mercado-eres-tú). 


No deja de ser chocante que la falta de regulación sea una de las principales causas de la crisis actual. Pero, por otro lado, los mercados excesivamente regulados se han demostrado muy ineficientes en la creación de valor. Sin embargo, no hay que confundir regulación con oligopolio y mucho menos monopolios. 

En un modelo de competencia perfecta (si existe, probablemente sea el sector financiero aunque tengamos el ejemplo de Lehma Brother), la regulación debe tender a desaparecer, ya que, el propio consumidor decide, como bien dice el post, que empresas sobreviven y cuales no. Sin embargo, existe tres factores importante que hay que considerarla necesaria:

Monopolios o Oligopolios: Para aumentar el número de competidores, sobre todo si existen fuertes barreras de entradas, es necesario regular para poder alcanzar unas cuotas de mercado que aumenten la competencia. Claro ejemplo en España, las telecomunicaciones que partiendo de una situación de monopolio, las distintas legislaciones de la CMT y posteriormente la CNMC, han permitido la entrada de multitud de empresas con una reducción del precio final muy marcado.

Mercados estratégicos: En entornos con impacto alto en el bienestar y/o seguridad de la sociedad, dejar que el mercado se regule puede producir distorsiones principalmente en una economía tan globalizada como la europea. Los distintos actores económicos deben asegurar el suministro constante de ciertos bienes que deben estar por encima de los vaivenes del mercado, actuando como regulador de oferta o incluso actuando sobre el precio. Por ejemplo, no parece lógico que los precios y cantidades ofertadas de gas en invierno deben provenir únicamente de los precios fijados por la oferta sin contar los costes de producción. 

Empresas Sistémicas: Con estas empresas me refiero a aquellas que su “caída” produzca un impacto en la globalidad de la economía que ponga en riesgo el sistema. Ejemplo claro es Bankia. El coste de mantenerla viva probablemente sea menor que dejarla caer pero por este mismo motivo debe ser regulada el sector para evitar ese riesgo. 

Ahora bien, no hay que confundir regulación que intervencionismo. Las organizaciones públicas deben permitir la libre competencia y corregir las imperfecciones del mercado asegurando una libre competencia y una política de precios acorde con la situación de la oferta y la demanda. 

Otro punto importante es la objetividad con la que se realice esta regulación. En estructuras públicas también existen imperfecciones, por ejemplo y fundamentalmente, la corrupción que reduce las capacidades de regular el mercado de una manera óptima. 

Para concluir, y en mi opinión, ciertos mercados y entornos deben regularse para permitir la libre competencia y corregir las imperfecciones que se puedan producir pero asegurando el correcto fin. 

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