He querido dejar pasar unos días antes de hablar del déficit público y su incumplimiento en 2015. No tanto por recopilar datos como para intentar hacer una lectura y análisis desapasionado. Y quiero hacerlo sin cifras o casi, perdonarme pero alguna tendré que utilizar para poner en contexto los volúmenes.
Ahí vamos con las 10 preguntas y sus repuestas.
¿Qué es el déficit?
Es la diferencia entre ingresos y gastos públicos. Dicho en “castizo”, lo que nos gastamos que no tenemos. Es evidente que todo este dinero debe ser financiado y actualmente lo hacemos indirectamente del BCE a un tipo de interés muy bajo.
¿Es una sorpresa el incumplimiento del déficit?
No debería, era más que previsible por la evolución de indicadores del año y ser un periodo de elecciones. Existían variables que indicaban que la economía no iba despuntando más allá del crecimiento del PIB, principalmente el empleo y las pensiones. La sorpresa era la defensa apasionada del cumplimiento del Gobierno que se entiende dentro de un contexto electoral. Un buen indicador es la salida de la hucha de las pensiones que, aunque no esté ligado al déficit, estimo que es un adelanto de que los ingresos no van en línea con los gastos, al menos, con los presupuestados.
¿Limita el objetivo de déficit de los próximos años?
Si, sin duda. Hace imposible cumplir el objetivo del 2016 y probablemente siguientes. Sin gobierno todavía y con un ajuste de 20.000 millones o más en el 2016, no es posible hacerlo sin entrar en una tercera recesión que tendría unas consecuencias dramáticas. Con lo cual, de facto, la UE tendrá que negociar un nuevo calendario de déficit.
¿Europa cambiará su relación con España?
Europa ya debía estimar que no se iba a cumplir en el 2015. No creo que exista una reacción muy explosiva, habrá tirones de orejas formales y poco más, a la espera de la creación del nuevo gobierno para llegar a un nuevo acuerdo. Evidentemente erosiona la credibilidad de nuestro control presupuestario y, probablemente, exigirá contrapartidas, al menos, de mayor control.
¿Es tan preocupante tener un déficit excesivo?
Depende pero en la situación actual no es bueno. Si nuestra recuperación fuera fuerte y se hubiera realizado un ejercicio de optimización del gasto público, podría ser una situación puntual pero la realidad es que nos encontramos ante un déficit excesivo y estructural. No estamos siendo capaces de variabilizar los gastos a los ingresos y esto pone en riesgo los servicios prioritarios como la educación y Sanidad.
¿Por qué crecemos mucho y tenemos déficit altos?
Probablemente porque los factores exógenos a la economía Española (cambio €/dolar, precio petroleo y tipos de interés) pesen más que los factores endógenos (mejora de recaudación por mejora del consumo, empleo y productividad). Quizás el PIB, más que nunca, no debería ser el indicador clave a seguir.
¿El déficit hay que pagarlo?
Si, claro. Pero serán nuestros hijos si no somos capaces de entrar en superávit e ir bajando la deuda acumulada. No es gratis, ya hablé de sus efectos aquí.
¿Cómo se reduce el déficit?
O bien vía mayores ingresos o menores gastos. O mejor, un conjunto de las dos cosas. Los ingresos aumentando el empleo, beneficio empresarial y el consumo por mayor renta disponible. También puede hacerse vía subida de impuestos pero con efectos perversos como hemos visto en lo últimos años.
Y en los gastos, es importante asegurar los servicios básicos y el resto variabilizarlos en función de los ingresos reales.
¿Qué debemos aprender de esto?
Por un lado, la recuperación no es tan potente como nos quieren hacer pensar porque parte de los deberes no se han hecho. Ni se ha mejorado la estructura productiva, se ha empeorado la calidad del empleo y el gasto no se controla yéndose en partidas secundarias.
¿Y ahora qué?
Sin gobierno, con unos presupuestos aprobados y poco creíbles estamos destinados a mas años de excesivo déficit y reducción de la “hucha de las pensiones”. La pregunta es hasta cuándo Europa nos seguirá financiando nuestra incapacidad para realizar los cambios necesarios porque lo que estamos haciendo es hipotecar nuestro futuro en base a un gasto que no nos podemos permitir.
Un post simple pero que cumple su función.
Buen trabajo, Pedro.
Muchas gracias Carmelo.
He intentado volver a "los básicos" para explicar la situación.
Un abrazo
Claro y didáctico. Me ha encantado. Te seguiré de cerca a partir de ahora.
Muchas gracias Carmen!!! Esa es la intención en el blog.
Espero que te gusten las siguientes 🙂
El déficit me suena a que jamas será pagado en su totalidad, incluyendo los intereses XD
Gracias Helena por el comentario.
Algo se tendrá que hacer con la deuda porque limita el crecimiento y, por ende, los objetivos últimos de la economía que es la redistribución de la riqueza.
Empiezo a pensar que si somos capaces de cuadrar nuestras cuentas, el BCE que es el dueño principal, tendrá que seguir aplicando medidas "poco convencionales" y quizás alguna sea no pagarla.
Gracias por pasarte por aquí
No sé porque recordé con lo que paso hace poco con Grecia, también no sé si tenga que ver con lo del Deficit, pero tu comentario anterior: "tendrá que seguir aplicando medidas "poco convencionales" y quizás alguna sea no pagarla", me recordó a lo que FMI prácticamente hace: Perdonar la deuda! Para un país bien administrado no habría problema con este tipo de problemas, puesto que lo veo como una empresa a gran escala, y una empresa bien administrada sufre muy poco por estos problemas de "prestamos".
Gracias por el comentario.
Hay diferencias importantes entre las empresas y los paises desde el punto de vista económico. La principal la existencia de bancos centrales que fija tipos de interés y crea dinero.
El problema actual es que se ha crecido en los niveles de deuda hasta valores cercanos o superiores a 100% del PIB en economías muy grandes (USA, Italia, España, Japón, Francia, etc…) y son niveles que reduce el crecimiento futuro. No sé que se hará pero seguro que el futuro nos deparará sorpresas.
Gracias!!!