Últimamente se oye mucho decir que España tiene una recaudación por debajo de la media europea. Y si, es verdad. Los indicadores así lo avalan. Pero, ¿por qué? Y ¿cuál es la solución? 

¡No temas! no voy a llenar esto de gráficos y números. Pero voy a intentar explicarlos. 

La recaudación de Estado viene de varias fuentes, las principales IVA, IRPF, Sociedades y Especiales. 

El IVA grava las compraventas de productos, el IRPF los ingresos obtenidos, el de Sociedades los beneficios empresariales y los Especiales todo el resto de impuestos que pagamos a ayuntamientos, gasolina, tabaco, etc…

Ahora bien, ¿hay paro? Si, mucho, y además se han reducido los sueldos. Es razonable pensar que los impuestos por IRPF se desplomaron. ¿Y el IVA? El consumo también está empezando a crecer pero ha pasado un bache considerable. ¿Y los beneficios empresariales? Nada que decir, han bajado de manera general. 

En cualquier crisis económica la recaudación baja, debido al aumento de paro y reducción de los beneficios empresariales. Si a eso le añadimos el desplome del consumo, la recaudación fiscal se reduce. 

Entonces, ¿podemos compararnos con Alemania o Francia? No, el indicador clave es el desempleo. A mayor empleo, mayor consumo y mayor beneficio empresarial. Este “círculo virtuoso” hace que la recaudación suba por la propia inercia de la economía. Este efecto se ve, de manera similar, en Portugal, Grecia e Irlanda. 

Por problemas de déficit, los impuestos se han subido aunque la recaudación no lo ha hecho al mismo ritmo, es decir, subir el IVA de 18% a 21% no incrementa en la misma medida la recaudación. El motivo, que los impuestos reducen el consumo que a su vez reduce lo beneficios empresariales y destruye empleo.

Con todo esto, ¿subir impuestos es la solución? De manera general no, solo hay que ver nuestra experiencia en estos últimos años. ¿Se podrían redistribuir más? Si, pero hasta un límite,  porque las rentas más altas no pueden compensar nunca el deterioro de la clase media, verdadero motor de la recaudación. 

Aun así, ciertos impuestos deben sean progresivos, siempre que permitan mantener la renta disponible de los segmentos de menor poder adquisitivos. Sin embargo, no puede convertirse en un elemento desincentivador ni en rentas ni en beneficios empresariales. Principalmente por dos motivos: 

a) La economía sumergida aumenta

b) No debe ser un elemento penalizador de la creación de riqueza si no de redistribución. 

En conclusión, subir impuestos no produce una subida de recaudación proporcional y, además, tiene sus inconvenientes. Que España esté por debajo de la media, se justifica por la marcha económica más que por lo tipos aplicados. Subir impuestos debe plantearse cuando la economía esté en crecimiento, el consumo estabilizado y reducido las tasas de paro para controlar la inflación si existe este riesgo. 

Por cierto, esta última frase también es de Keynes… 

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