Si revisamos los indicadores de pobreza a escala mundial, el periodo 1981 (44% de la población) al 2014 (10%) han tenido una evolución que se puede considerar extraordinaria. Aún así, se podría discutir si el criterio usado, 1,9$/día, es suficiente para considerar un indicador óptimo. Significa que para una familia con 5 miembros, los ingresos mensuales sería 285 €, algo que en países “ricos” no parece suficiente pero que claramente lo es en paises pobres o, incluso, en vías de desarrollo.
Si este criterio no fuera valido nos encontraríamos con otros que, claramente, tendrían una evolución distinta. Siempre uso la esperanza de vida, creo que es un indicador de desarrollo y medición de pobreza excelente. Y aquí entre el 1960 y el 2015 hemos aumentado algo más de 20 años desde los 50 a los 70 años. La mejora de las vacunas y tratamientos es evidente que han sido fundamentales pero la capacidad de alimentarse también.
En estas 5 décadas han ocurrido muchas cosas relevantes. Sin querer ser exhaustivo, la llegada de la tecnología que ha acercado las sociedades como nunca, una información muy globalizada, guerras mucho más locales, democratización de grandes zonas o, al menos, la evolución hacia modelos sociales, políticos y económicos más inclusivos, un periodo económico ‘liberal’ con un crecimiento del PIB global muy relevante por procesos de globalización e innovación y un compromiso global sobre la eliminación de la pobreza incluso más allá de tus propias fronteras. Evidente que no todo ha sido, ni es, un camino fácil pero cualquier dato que miremos nos animan a pensar que ha sido la mejor época para el desarrollo humano de la historia.
Ahora bien, estas mejoras se basan en varios factores. Quizás el principal para reducir las tasas de pobreza es la industrialización de grandes zonas, especialmente asiáticas, debido a la globalización. El trasvase de rentas del trabajo ha conseguido sacar de la pobreza a través del cambio de actividad desde modelos agrícolas/ganaderos hacia la industria a cientos de millones de personas. Pero como todo movimiento de rentas, en los paises industrializados se intuyen problemas serios en las clases medias y bajas, lo cual, además de un riesgo en esos países de vuelta atrás de estas políticas, puede traer aparejado una reducción de la demanda global que pare o reduzca esta mejora si los paises en vías de desarrollo no puedan cubrirla.
Si se produce una vuelta a las políticas más proteccionistas, como propone Trump o el propio Brexit, podemos llegar a un mayor control de las desigualdades en estos países y una ralentización de las tasas de pobreza en particular de los paises en vías de desarrollo cercanos geográficamente. Hay que entender que la pobreza también se reduce en círculos concéntricos gracias a procesos de libre comercio y eliminación de barreras arancelarias principalmente a la producción. Lo lógico, dentro del escenario actual “liberal”, es que el desarrollo de un país ayude a sus vecinos.
Pero si no se produce este mayor proteccionismo, hay un escenario posible donde las economías desarrolladas aumenten su productividad pero a la vez aumente la desigualdad dejando en el camino a ciertos grupos, pueden ser muy amplios, de población que sean más vulnerables a los cambios.
Es decir, existen dos opciones, o nos cerramos y perdemos competitividad a largo plazo con sus efectos. O mantenemos el escenario actual y atacamos la desigualdad interior. Los dos caminos están plagados de retos e incertidumbres.
Seguiré con este tema